jueves, 16 de abril de 2020

EL EGOISMO


  1. Cuento de educación emocional: El egoísmo
    Había una vez un ogro glotón llamado Bonifacio, que vivía debajo de un cerezo. Bonifacio recogía las cerezas que daba el árbol y, con ellas, hacía la mejor tarta de cerezas del bosque. El olor de la tarta atraía a todo el mundo.
    –¿Nos das un poquito de tarta? –le preguntaban las tres brujitas vecinas, Sara, Lara y Mara.
    –Yo solo quiero probarla –suplicaba don Timoteo, el duende.
    –Solo un mordisquito –pedía el doctor Romualdo, el médico de los animales.
    Pero Bonifacio era el ogro más egoísta de todos los cuentos
    y nunca jamás dejaba que probaran su tarta de cerezas. Él se comía un trozo y otro, repitiendo:

    –¡Es solo para mí! ¡Solo para mí!
    Los vecinos del ogro se marchaban sin probar ni un poquito de tarta. Aquella misma noche, se levantaron al escuchar al ogro gritar:
    –¡Aaaaay! –se quejaba sujetándose la tripa–. ¡Ayudadme, por favor!
    Tanta tarta había comido Bonifacio, que ahora estaba malito. Las brujas, el duende y el médico de los animales le dijeron:
    –Así que ahora quieres que te ayudemos. Pues lo haremos si dejas de ser el ogro egoísta que has sido y, de ahora en adelante, compartes tu tarta de cerezas con nosotros.
    –De acuerdo –dijo el pobre Bonifacio–. Nunca más volveré a ser tan egoísta.
    Con un par de hechizos y una medicina, a Bonifacio se le pasó el dolor de tripa enseguida. Al día siguiente, invitó a todo el mundo a comer su famosa tarta de cerezas.
    –¡¡Riquísima!! –dijeron todos.
    El ogro estaba todavía un poco pachucho y ¡no probó ni un trocito!

    Antonio Vicente Lucerga

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